7 de septiembre

El día siete del noveno mes de cada año encierra muchos sentimientos para mí, tengo amigos que cumplen ese día pero hay algo que no demerita las otras celebraciones y ha hecho un hito en mi vida. Un día como hoy nació alguien muy  importante para mi, una persona a quien le debo mucho en esta vida, sin su presencia yo no sería nada.

Yo antes  he escrito acerca  mis dos luceros mi madre y padre, pero hoy escribiré de otra estrella más en mi vida: Mi abuela.

 

Mi abue es una mujer luchadora, con gran temple y un gran corazón, madre de diez hijos, abuela y bisabuela de una buena cantidad de chicos. Todos los que formamos parte de su familia somos inmensamente afortunados de tenerla en nuestras vidas, con su apoyo y fuerza  hemos salido adelante contra viento y marea.   

No se como explicar todo lo que es mi abuela, un ser magnifico, mi segunda madre y por quien yo daría todo. Está vida es una ruleta rusa, mañana no sabremos que podrá suceder por lo cual no me he aguantado un día más para rendirle honor de la forma que tengo a mi haber: escribir.

En la sociedad en que vivimos muchas cosas han perdido su valor, en esta ocasión me refiero a la familia, un vínculo muy importante al cual algunas veces no le damos la importancia debida, olvidando que gracias a ellos somos otro motivo más para este inusual escrito.  

  Antes he hablado de mi inspiración, ejemplo y en este caso ELLA es mucho más mi soporte, aliciente, esperanza, además de mis padres mi abue es una de las personas que me impulsa y esta conmigo en cada momento de mi vida; lo más extraño es que yo no considero haber sido siempre un aliciente en los momentos que ha estado junto a mí, en esos momentos mi inmadurez no me dejaba ver  y valorar a la gran persona que tengo junto a mí.  Con gran amor puedo decir que los mejores consejos de mi vida  me los ha dado mi abuela, y todos los he comprendido años después de haberlos rechazado con el tajante ella no sabe nada, ahora sé que sabe  mucho más que yo, comprendo que todo lo que me dice es por mi bien, pues ha vivido más que yo, sólo quiere evitar verme lastimada.

Para terminar esta nota proveniente de mi corazón quiero decirte abuela de mi alma, que yo te Amo con todo el corazón y aunque no siempre mis palabras muestren ese efecto eres muy grande para mí. Tú estas tatuada con tinta indeleble en este corazoncito que has visto crecer y convertido en toda una mujer.

Así cierro mis memorias del este siete de septiembre en el cual he aprendido un poco más de la vida y del amor.