Todos en algún momento buscamos nuestro espacio, algo que nos diga quiénes somos y que hacemos aquí. En este camino descubrí la forma de manifestar lo que soy: las palabras. Escribir era una hazaña de personas excepcionales y no podía concebir que yo alguien común y corriente fuera capaz de hacerlo; no sé cómo ni cuándo cambio mi concepción al respecto pero aquí estoy escribiendo en un rol que antes era un sueño irrealizable y me gusta.

Vivo a través de estas palabras que comparto con ustedes porque eso SOY

martes, 11 de julio de 2017

Una cicatriz de agradecimiento



He llegado a Panamá luego de nueve días en una tierra hermana que me acogió con tanto cariño que la  sentí mía,  desde que me recibieron en el aeropuerto pude percibir la calidez de las personas que organizaban aquel evento, que fue un derroche de fuerza, identidad, magia, poesía y amistad.  Acá en casa, trato de organizar mis ideas o mejor dicho de serenar mis sentimientos para poder plasmar un poco del conglomerado de cariño que se dio entorno al IV Festival Internacional de Poesía Amada Libertad,  este año bajo el lema “lectura de cicatrices. Todos tenemos cicatrices, unas más recientes, otras duelen más,  hay de todo tipo pero hay cicatrices que compartimos, que nos duelen a todos y  que necesitan ser visibles.   

 En esos días navegamos en las aguas poéticas de Guatemala, Nicaragua, Honduras, El Salvador. Panamá y Colombia,  sentí mucho, mucha impotencia, mucho amor, muchos recuerdos.  Recuerdos que aún me queman el alma, nunca olvidaré la mirada atónita de los estudiantes que una que otra vez me desarmaron con sus preguntas  de búsqueda, sonreí en secreto al escuchar las mismas preguntas que hice algún tiempo y que aún no he  dejado de hacer.

Las palabras se me han quedado pequeñas ante la inmensidad de aquel universo que me fue regalado, mi lista de afectos ha crecido y he de  hacer reverencia ante la calidad poética que pude ver. No me queda más que dar las gracias en primer lugar a Alberto, Argelia y a todo el equipo que  como hormiguitas trabajaron de forma incansable por aquello que se ha convertido en  un cuadro de  relevancia en la historia de mi vida, a cada una de las personas que me recibieron en el camino  me llevo su ternura y amabilidad en el alma,  a todos los poetas  gracias, siempre gracias por llenar de vida este camino que muchas veces se pinta gris e inhumano, les deseo que su pluma nunca se seque, espero que las aguas nos lleven nuevamente a los mismos rumbos.


Eternamente agradecida


Zakira Mussa