Todos en algún momento buscamos nuestro espacio, algo que nos diga quiénes somos y que hacemos aquí. En este camino descubrí la forma de manifestar lo que soy: las palabras. Escribir era una hazaña de personas excepcionales y no podía concebir que yo alguien común y corriente fuera capaz de hacerlo; no sé cómo ni cuándo cambio mi concepción al respecto pero aquí estoy escribiendo en un rol que antes era un sueño irrealizable y me gusta.

Vivo a través de estas palabras que comparto con ustedes porque eso SOY

lunes, 6 de diciembre de 2010

Mundos Encontrados


Cerró los ojos para no ver, deseó con toda su alma que todo aquello fuera sólo un sueño y no la triste y dolorosa realidad a la cual recién había despertado; mantuvo sus ojos en las sombras con la ilusión de poder vivir en esa calma proveniente de la oscuridad. No sabe si fue la angustia o la urgencia de encontrar una salida lo que provocó que tal marejada de sentimientos y recuerdos se volcaran sobre él. 

La inocencia y el entusiasmo característicos de la infancia se hicieron presente, recordar el amor de sus padres aceleró su corazón, fue niño de nuevo vivió cada instante de esa etapa hermosa que había olvidado por cosas de la vida o del tiempo, esos pensamientos que nos hacen creer que cada etapa trae nuevas actitudes que desplazan por completo todo lo anterior, claves, herramientas útiles que dejó en la infancia llegaron a sus manos abriendo caminos que con sus ojos de adulto serio y realizado no era capaz de ver. 

Todo aquello era como una película con el pequeño detalle que ésta en particular era sobre su vida; aquella vida que hace instantes carecía de lógica e importancia. Una lágrima se asomó en su mejilla seguida por muchas más que lavaron su mente y sanaron su corazón; ese inesperado recorrido a sus memorias inyectó vitalidad a ese ser, que como muchos en su lucha por triunfar y ser reconocidos perdió su esencia. 

La imagen de un niño despertó nostalgia y cierto aire de desazón inexplicable, el recuerdo del niño cada vez tomaba más fuerza como si estuviera íntimamente ligado con él; sus neuronas dormidas hacían el intento de despertar y revelar la identidad de ese misterioso personaje. ¡Ian! el mejor amigo de Dion, parecían siameses desde los cinco años andaban siempre juntos sin que fuerza humana los pudiera separar. 

¿Qué les sucedió? ¿Por qué le dolía tanto recordar a su hermano del alma? ¿Cuándo dejaron de ser amigos? Tantas preguntas sin respuestas ¿Cómo había podido vivir tanto tiempo al margen de todo eso? Lloraba, como un niño ya no podía contener las lágrimas que tanto había guardado, una parte de él que ignoraba había despertado, dándole un cambio súbito a su historia.


Las horas de juego, los paseos, las peleas continuaron recreándose automáticamente por su psiquis, acontecimientos y personajes importantes hacían su aparición: primer día de escuela, amor, amistad, todas esas cosas que hacen la vida de una persona importante, era como si su estructura vital se formara de nuevo. Alguien le estaba regalando la oportunidad de recorrer el camino de su vida nuevamente no era muy devoto sin embargo un profundo sentimiento de gratitud lo llenó; necesitaba agradecer a ese ser por todo aquello que estaba viviendo, sintió la presencia de Dios a su alrededor con la diferencia de que no era aquel que le habían impuesto en su infancia, un padre celoso, inclemente hasta injusto la presencia que sentía era tan placentera, pacífica le agradeció con todas sus fuerzas a ese ser al que también había desplazado de su vida , exhausto se quedó dormido.

Durmió profundamente durante muchas horas, despertando asustado ignorando que ya era sábado y no había trabajo; su razonamiento ese día era extraño más bien era como si una parte de él luchara contra el cambio que se estaba gestando en él, se cuestionaba si eran razonables esos pensamientos que últimamente había tenido ¿Por qué los arrepentimientos y sentimentalismos si eso es para fracasados? y él no lo era, la complaciente vida que llevaba lo tentaba a olvidar ese cambio que ahora parecía absurdo. Estaba confundido, ese episodio le recordaba a los Ángeles y diablitos provenientes de las caricaturas porque así se sentía.

El caudal de recuerdos iban creciendo trayendo consigo los recuerdos de la flor de la vida: su adolescencia y juventud; y muchos recuerdos de Ian su compañero de batallas a los que se le sumaba una chica: Anteia su primera novia y gran amor, a quien cada vez recordaba con mayor intensidad, el recuerdo de aquella mirada le hacía el temblar el alma, una oleada de sensaciones mucho más fuertes de la que antes había experimentado se apoderó de él, apartando todo lo que no fuera esa colección de recuerdos que lo hacían vivir, sentir y por primera vez daría todo porque esa chica estuviera allí. 


Se cuestionaba, ahora sí no entendía porque la soledad era su única compañera, era absurdo que él fuera una persona solitaria y triste, si su familia lo amaba además de Ian y Anteia sus grandes tesoros, en un grito ahogado se pregunto ¿Por qué lo abandonaron dejándolo tan solo, si tanto lo querían? Intento desesperadamente ahondar en sus recuerdos pero el dolor que sentía los bloqueo.


Ya pensaran que es un mecanismo de defensa implementado por su cerebro para evitar que sufra más por la falta de cariño y abandono familiar; esto es una media verdad, es cierto lo del mecanismo de defensa pero nadie es víctima de abandono ni falta de cariño.  Allí de nuevo pintando el cuadro de lo que él quería que fuera su vida, siempre retando se olvidó que nadie cambia el pasado cayó su barrera y por fin vio completamente su historia; Iluso se dijo, por pensarse víctima cuando era victimario. Dion era un chico inteligente, amable, pero con una sed enorme de prestigio allí fue donde se perdió. Terminada la escuela recibió una beca para estudiar Arquitectura en Francia, sus seres queridos fueron felices por su logro y con paciencia y amor su familia, incluyendo a Ian y Anteia, lo esperaron por tres largos años. Lástima que el avión trajo al personaje equivocado, tras esa escotilla vieron a un extraño, su amado Dion se había esfumado, dejando un petulante europeo, no había terminado de llegar y ya tenía todo lo que había soñado: empleo, posición social y el protagonista de muchas vidas dinero quitándole a todo lo que era importante cuando niño, dándole comodidad a su cuerpo y a su alma sólo soledad. 


¡Ahora sí! Abrió los ojos con ansias de vivir de verdad y no caer nunca más en ese letargo que le llaman el modelo de vida ideal. Siempre recordará que es mejor vivir una vida plena, con golpes, caídas , que la inmunidad falsa y vacía que brinda la vanidad.




Revolución

Tengo miedo, mucho miedo, nunca me había sentido así, ya no quiero decirlo porque me siento absurda, boba; me dicen que es normal que no es nada ¡NORMAL… nada es normal! Mi cuerpo está paralizado, no puedo hilar bien mis ideas y a eso le llaman una etapa normal.


Disculpen, con este correcorre no me presenté, me llamo Venus, soy una chica en busca de su camino en ésta vida, al borde de caer en el abismo diría yo ¡sí, en un abismo! Fíjate tengo diecisiete años, pronto cumpliré dieciocho, terminaré la secundaria y me iré a estudiar en Londres. Yo sé que tú estarías híper mega feliz, Londres, cédula ¿Qué más puedo pedir? Una vida llena de lujos y comodidades, vivo rodeada de gente, mi mundo está sumido en una profunda y desgarradora soledad. No sé cuándo dejé de ser feliz o si en algún momento lo fui, ayer era la típica niña de papi y mami, caprichosa y despreocupada, tenia el mundo en mis manos. No sé que hubiera sido mejor, quedarme allá en mi realidad irreal o el despertar en esté mundo desconocido donde todo lesiona mi cuerpo y mi alma pues en este mundo no soy, no estoy, soy un vacio andante, no sé quién soy ni a dónde voy.


Fue tan extraño y tan simple, recuerdo muy bien aquel día, mejor dicho aquella mañana tan común como cualquier otra, como de costumbre la llamada de Mia, envuelta por la emoción y los nervios me gritaba ¡La Beach Party! Era la famosa fiesta en la playa que organizaba la promoción y como buena estrella, la organizaba nada más y nada menos que Yo, Venus la espectacular. Colgué el celular, con cierta desazón, en ese momento supe que algo cambio en mí, ya no era la misma, en realidad ya no era.


Entré al baño me di un duchazo rápido, tome algunas piezas de ropa, bajé las escaleras con desesperación, arranqué el auto y manejé sin dirección hasta llegar a la casa de campo de los abuelos, ¡Realicé un viaje de doce horas en menos de seis! Salí del auto, abrí la puerta con alguna de las tantas llaves del manojo, sólo hice entrar y me tendí en el piso, sentí el rozar de la fría superficie y no me importó, solo quería estar allí y pensar, sentí una gran necesidad de escudriñar dentro de mí, buscaba ese no sé qué, que había perdido. Y eso hice durante una semana, sólo pensar…




Han pasado, dos meses desde aquel día, dos meses de los cuales cada día es un nuevo enigma, ya no hay seguridad, ni siquiera este instante fugaz se deja atrapar.


Tengo miedo, de nuevo, escucho mi nombre en el micrófono, doy pasos hacia el podio, miro la muchedumbre esperando el gran discurso final pero yo sólo digo: Nadie me preparó para la vida, nadie me dijo que allá viviré una batalla campal, nadie me dijo que el mundo real no es ese que nos han pintado. Nadie nos ha dicho nada, ahora es nuestro turno de pararnos y luchar. Di la media vuelta, tiré la toga y bajo la mirada estupefacta de todos salí del auditorio…


Soy Venus una chica de 18 años, errante en esta tierra a la que busca arrancarle los vestigios de su vida.